¿Quién dijo que la sexualidad se acaba después de los 50? Haz de tu vida íntima una verdadera aventura y recupera la chispa. Seamos realistas, es verdad que nuestro cuerpo ya no funciona como cuando teníamos 25, así que realizar las posiciones más “dinámicas” quizás ya no es tan fácil. Pero, ¡no te preocupes! Aún hay muchas posturas que puedes dominar como todo un experto.
Hablemos sin miedo, perdamos la vergüenza y veamos los hechos. El fuego en la cama quizás ya no es el mismo una vez que pasamos los 30, pero eso no tiene por qué ser un problema. A decir verdad, podemos verlo como una oportunidad para comenzar a ponernos creativos. Por ello, para darte algunas ideas, aquí tenemos 4 posturas sexuales que puedes añadir a tu rutina íntima:
La Posición de Amazonas
En esta pose el hombre es capaz de permanecer acostado o incluso sentado, mientras que la mujer se coloca sobre él recargándose en sus propias rodillas. De esta forma controla la velocidad y profundidad de la penetración. De la misma forma, estas posiciones invitan a la pareja no solo a centrarse en el placer, sino también en el momento de intimidad y romance.
La Postura de las Cucharas
¡Poco cansada y muy romántica! Una postura romántica e íntima que sin duda tienes que probar. Recostados sobre un costado, la mujer despliega las piernas mientras que su pareja la abraza por detrás iniciando la penetración. Esto no solo deja las manos libres para estimular el clítoris y acariciarse mutuamente, sino que también se trata de una posición poco cansada, con movilidad limitada, donde la atracción principal es la exploración mutua.
El Misionero
La clásica y confiable postura del misionero jamás nos decepciona. Si bien muchos la encuentran monótona o simple, es una de las más funcionales a cualquier edad. Fomenta el contacto visual, permite libertad para las caricias y la estimulación de áreas erógenas. El contacto visual intenso durante la intimidad también puede elevar la excitación sexual, el efecto del placer y acelerar el ritmo cardíaco.
Pelvis Arriba/ Las mariposas
En esta sencilla, pero placentera postura, el hombre se arrodilla frente a la cama, u otra superficie (puede estar de pie según la altura de la superficie), y se apoya contra el borde. La mujer se acuesta de espaldas con la pelvis a la altura del borde y recarga sus piernas en los hombros de su pareja. Aquí el truco está en el apoyo extra al recargarse, lo cual hace a esta posición menos cansada. Te damos un tip: colocar una almohada bajo el coxis de la mujer lo hace aún más cómodo.
¡Que la edad no te detenga! Continúa disfrutando de una vida sexual plena y placentera durante todas las etapas de tu vida. Recupera tu confianza en la habitación y que el romance te empodere. Poverful, enciende tu poder.
