Reyes de reyes: Creando magia para el mundo

¿Quién no recuerda las maravillas de ser un niño? Vivir lleno de energía, imaginación y mucha creatividad. Al pasar los años es normal perder un poco de la chispa interior que conservaste por tantos años, pero a decir verdad, aún eres capaz de conservar mucha fantasía en tu vida adulta. ¿Cómo es esto? Te preguntarás, fácil, convirtiéndote en un verdadero Rey Mago cada 6 de enero. 

 

Mantener la ilusión por la magia para los niños en casa es sin lugar a dudas todo un superpoder. Si cada año te esfuerzas por crear noches festivas llenas de sorpresas, entonces te encantará escuchar sobre las siguientes historias que nuestros entrevistados tienen para ti. Escucha a los siguientes héroes convertirse en magos por un día:

 

No seré papá, pero soy un excelente tío. Mi hermana mayor tiene un hijo de 5 años y las cosas que hago para ver a mi sobrino sonreír me sorprenden a mí mismo. Déjame decirte algo, cuando dicen que la paternidad te cambia, no te dicen que también se contagia ¡Y bien contagiado quedé después de conocer a mi sobrino! 

 

El año pasado, mi hermana me pidió que la ayudara a preparar el día de reyes para mi sobrino. Obviamente, como el mejor tío del mundo que soy, le eché todas las ganas para sorprenderlo. Escondimos sus regalos por la casa, le hicimos pisadas de camello falso en el jardín, llené la casa con paja, mordí por la mitad todas las galletas que dejó y hasta prendí inciensos para completar mi acto. Por un momento me conmoví imaginándome a mis propios padres haciendo todo ese esfuerzo para sorprendernos a mí y a mi hermana cuando éramos chicos.

 

Al otro día, cuando llegué a jugar con mi sobrino me sentí de lo más contento. Verlo sonreír mientras me presumía todos sus juguetes nuevos y las pruebas de que lo habían visitado los reyes magos. Yo no sé si tenga hijos algún día, pero lo que sí sé es que observar a los niños crecer es como un acto de magia. Quien sabe, a lo mejor algún día me dedico a ser Rey Mago de tiempo completo.” (28 años, Ingeniero en Diseño Industrial) 

 

 

La temporada festiva es el momento más importante para pasar tiempo en familia. Al tratarse de la época del año más nostálgica, muchos comparten historias sobre lo especial que es ver a sus hijos crecer y convertirse en padres de familia.

 

Todos los años desde que mis hijos nacieron, los llevaba a tomarse una foto con los Reyes Magos. Ni una sola vez se nos olvidó a mi esposa o a mí. Siempre íbamos al mismo centro comercial y sin falta cada 6 de enero nos tomábamos una foto, comenzando por ser una familia de 3, luego 4 y finalmente 5. Porque tener más hijos ya era demasiado. 

 

Cuando mis hijos llegaron a la adolescencia, empezaron a resistirse para tomar la foto. Al principio les pedíamos que lo hicieran por su hermana menor, sin embargo una vez que ella cumplió 13 años, dejaron de creer en los reyes y de querer tomarse la foto. 

 

Durante la pandemia mi hijo mayor tuvo a su primera hija y me convertí en abuelo. Mi alegría más grande fue cuando vinieron a casa de visita todos mis hijos y mi nueva nieta. El 6 de enero, me pidieron ir al centro comercial. Resulta que al final, después de muchísimos años, nos tomamos una foto con los Reyes Magos, solo que esta vez, éramos una familia de 9.” (68 años, Médico Cirujano)

 

Para algunos, la magia del 6 de enero queda como un bello recuerdo, la memoria del compromiso de un gran padre que siempre hizo lo posible por conservar la inocencia y felicidad de su familia. Tomemos un momento para recordar a aquellos que ya no están con nosotros, pero dejaron una intensa calidez en nuestros corazones. 

 

Mi esposo era un hombre muy amoroso con sus hijas. En la época de invierno comenzaba a organizarse para recibir a los Reyes Magos. Empezaba por fijarse en las cartas que las niñas escribían a los reyes, ponía mucha atención en lo que pedían y se esmeraba en encontrar lo que ellas querían, en ocasiones no era tan fácil encontrar los juguetes, sin embargo él hacía lo inimaginable para conseguirlos.

 

Siempre se preparaban una noche antes. Dejaba 3 cubetas de agua en el jardín para los camellos, en la mesa de la terraza les ponía una merienda que consistía en galletas, leche y hasta un sándwich. Mi esposo se encargaba de darle mordiscos para que pareciera que los habían probado.  

 

 

Las niñas al despertar corrían a buscar sus regalos y lo primero que hacían era ver si los camellos habían bebido agua y si los reyes se habían comido la merienda, cosa que las hacía muy  felices. Esto era lo más maravilloso para él, ya que lo hacía inmensamente feliz, ver sus caritas de admiración y sorpresa. Así lo hizo durante 12 años, conservando la ilusión de que los Reyes Magos ¡sí existían! Es algo que hasta hoy, ellas recuerdan con mucho cariño.” (60 años, Psicoterapeuta) 

 

Si nadie te ha felicitado por ser un verdadero rey de reyes y seguir originando noches repletas de magia para los niños en casa, te recordamos que fomentar la imaginación es un verdadero acto heroico. A ti Rey Mago por una noche, de parte de Poverful te felicitamos por continuar con esta tierna tradición, haciendo del mundo real uno lleno de fantasía. Poverful, enciende tu poder.

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